ANIMAL QUE DESTROZA LO QUE NO ENTIENDE".

Puerta Abierta a un Sueño Roto.
Se habla de barajar y repartir de nuevo las cartas. La impotencia por no poder aliviar unos ojos desolados me entristece, ahora que un suspiro es más esclarecedor que cualquier explicación. Unos ojos desolados que intentan disimularse y un pequeño soplo del ánimo valiente y animal que debe sobreponerse a todo. Ahora no hay partes positivas para nadie, y adivino que el dolor hará su ronda estos días, hasta que se remienden un poco los corazones.
Esto es más que un sueño roto, esto es otra cicatriz y otro sueño roto en aquel cementerio de sueños por el que transcurre la vida... no hay nadie ahí fuera, sólo un sueño destrozado que no entiendo. No hay sonrisas falsas, no hubo luces apagadas ni secretos estafados o estúpidas mentiras. No, simplemente se rompió. Se habla de barajar y repartir de nuevo las cartas. Ahí radica la esperanza, en repartir de nuevo, aunque es tanto lo que se pierde...
Algo aparentemente sencillo, como es responder a un "¿cómo estás?", se vuelve locura y sombra, y uno no sabe dónde esconder los ojos para no parecer lo que se es: una persona rota por un sueño roto. No hay hogar que te lleve a casa, no hay casa en la que sientas un poco de paz, y el tiempo pasa demostrando que los tiempos cambian poco. A veces, si alguien tiene que perder, hay quien no quiere jugar.
Me pregunto si el cielo lo sabe, mis nervios se escapan y se pierden. Alguien, o algo, susurra una melodía que me hiere, y me sorprendo ahora con unas ansias que creí olvidadas, y ninguna sonrisa aparece para aliviar mi impotencia por la tristeza de unas lágrimas para unos ojos apretados. Emocionarse ante una historia triste, compadecerse y darse en sacrificio cuando nadie más tiene el valor de hacerlo. Es difícil. Prometo jugar y que no me tiemblen las manos, aunque por dentro mientan. Quiero pintarme entero de negro y desvanecerme entre la sombra, porque cuando no existe color alguno es cuando una sonrisa cualquiera no tiene precio alguno y pasa a ser absolutamente imprescindible.
No te rompas, no pretendas cambiar, no quieras perderte, amigo. No fijes tus ojos, que no se descentre tu horizonte, que no te marque las manos ninguna tinta negra, amiga. Por mi parte, yo busco un recuerdo, cualquiera que haga aparecer una sonrisa. Todo está conectado, como las letras en una palabra; una relación, un vínculo invisible, una descarga eléctrica es lo que hay entre unos ojos rasgados que miran, y una cara sonrojada al saberse observada.
Ahora es muy tarde, tarde en todos los sentidos; aparece la crueldad en mis ojos y no soy justo. Me siento egoísta, pero creo... Creo en los sueños que se cumplen. Creo en la pasión que nos mueve. Tal vez nuestros movimientos ya no saben si son torpes o elegantes, y nuestras espaldas abatidas no sepan levantarse al sol para continuar, pero nos volcamos, desgastamos nuestras manos, implicándonos, a veces rindiéndonos extasiados, pero satisfechos. Al final, acabaremos buscando un recuerdo, y a cada recuerdo, una sonrisa. Buscando cada recuerdo agradable, cada roce, cada sabor dulce y cada sensación positiva para no dejar de sonreir.
Qué día tan solitario... cuando las sonrisas desaparecen. Tal vez tienen razón y debemos volver a ser, pero la realidad es que esto es lo que somos, sin pantomimas ni falsas siluetas. Y la verdad es que ningún sueño roto puede apagar ni cegar un sol. Sólo puede nublarlo, eclipsarlo, anochecerlo, Un sueño roto puede hacer muchas cosas... pero son todas pasajeras.
Kaizen, 25-III-06