Se fue a dormir aquella noche, con un sentimiento distinto en su corazón. Pensó que se debía al libro que estaba leyendo en ese momento. Un libro romántico, cómo el que más.
Se recostó en la cama, y se tapó con su funda de plumas, relajándose para dormir un profundo sueño. Sus ojos se cerraron, y su cuerpo se dejo llevar por el cansancio, descargando su peso sobre el lecho. En esos momentos, todo parecía tranquilo.
En sus sueños, ella se sentía perseguida por algo, que no lograba ver con claridad. No podía correr ni escapar de ello, cómo si algo la mantuviera agarrada al suelo, y despertó.
Fue entonces cuando se fijo en la habitación, encontraba algo raro en ella, no sabía bien que era, pero había algo. Comenzó a sentir frío en el cuerpo, y se tapo más con el edredón, mirando hacía el balcón, que en esos momentos parecía no estar bien cerrado y la manecilla de la puerta se movía como si alguien desde fuera quisiera entrar en la habitación. El miedo se apodero de ella en ese momento, recorriéndola como una corriente fría que iba desde la cabeza hasta los pies.
Una imagen se iba acercando lentamente hacía el cristal, cada vez más cerca, hasta que ante ella se presento una imagen de un caballero de los de antes, parecidos a los libros que acostumbraba a leer. Era alto, su pelo brillante y negro azulado, sus ojos oscuros y penetrantes, vestido con un traje negro y una larga capa oscura, con el forro intensamente en color carmesí.
Le miro profundamente a los ojos, y quedo prendada de ellos. La mirada la penetro hasta su interior, escrutando todos sus sentimientos. Atrapándola dentro de una red invisible, impidiéndola salir corriendo. De repente sintió una fuerte atracción hacía esa persona, algo la hizo levantarse y dirigirse hacía el balcón y su intención era dejar pasar a aquella persona desconocida que la atraía tanto. Aquellos ojos profundos la estaban diciendo a gritos que se acercara, que no podían esperar más tiempo a estar cerca de ella. Se deslizo de la cama y avanzo por el suelo descalza, sin sentir entonces el frío de la losa de mármol gris bajo sus pies. Sus manos se posaron en la manecilla de la puerta, girándola y abriéndola así, dejando la puerta abierta. La figura se acercó hacía ella, y siguió manteniendo esa profunda mirada, la rodeo con sus brazos y sus labios se posaron junto a los suyos, en un ardiente beso. A ella la envolvió entonces una gran pasión, y se dejo llevar por él, que en ese momento, la cogió en brazos y la acercó a la cama, posándola sobre esta y recostándose junto a ella.
Los besos fueron intensos, aunque no tan profundos como cuando se acercaron a su cuello, y la inundo una sensación de calor que se escapaba por momentos de su ser.
Entonces paro, antes de que la vida la abandonara, el la dio a beber de si mismo, para que se unieran para siempre, de esta forma nunca se separarían?
Aquella Noche
-
- Mensajes: 7524
- Registrado: Jue Ago 05, 2004 10:24 am
- Ubicación: A Coruña... y sus bares de rock xD (y www.ladesidia.com)
- Contactar:
-
- Mensajes: 1571
- Registrado: Lun Mar 14, 2005 7:21 pm
- Ubicación: http://hervione.multiply.com/
- Contactar:
¿Quién está conectado?
Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 5 invitados