Sueño De Una Noche De Borrachera (Relato)
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- Registrado: Mar Jun 29, 2004 12:43 pm
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Sueño De Una Noche De Borrachera (Relato)
Me pierdo entre la multitud de la gente, el ruido de los sucios coches se introduce dentro de mi mente como frÃo cuchillo que me abre en dos, como veneno que avanza por mi cuerpo asegurándose no dejar nada vivo a su paso.
Hace unos dÃas que regresé de Madrid, unas pequeñas vacaciones, lo de siempre. Lo de siempre. La monotonÃa.
MonotonÃa. Palabra que con solo pronunciarla ya se descubre. Sola lo dice todo, sola se vuelve pesada, sola se prostituye por un único precio: mi vida. Lo he pensado multitud de veces, caer, dejar de pensar, olvidarme de todo. Y beber un sorbo más de esta amarga bebida.
?Porque la vida es como la cerveza. ¿No crees?? Me comenta mi compañera inseparable. ?Amarga el primer momento que la pruebas, después, cuando ya estás acostumbrado, el paladar se adapta y lo acepta, monotonÃa??
Levantarse temprano, conducir hasta el trabajo, el atasco, tu jefe, un dÃa, otro dÃa, otro dÃa, otro dÃa?
Levantarse temprano, salir de casa, tropezarte con la gente en el metro, angustia, espacio pequeño, tu jefe, tu trabajo, un dÃa y otro y otro y otro?.
MonotonÃa, palabra solitaria que acecha la mente de las personas, asesina anónima de tus sueños, de mis sueños, de vuestros sueños, de nuestros sueños? Palabra, que por más que lo intente, aparece como alma en pena, para llevarse al otro mundo (el fracaso) lo que más añoro de este: mi vida.
El pequeño bar asemeja ser, esta noche como tantas otras, mi pequeña celda. Celda que está ahÃ, no la veo pero la presiento, no la huelo pero emana un olor a mierda, podredumbre, celda de la que mi carcelero, la monotonÃa, se encarga de modificar para burlarse de la ignorancia de la que soy preso yo, tu él, nosotros, vosotros y ellos. Ignorancia humana, material.
Ya están aquÃ, mis amigos. Por fin parece que la monotonÃa me ha dado una tregua en esta guerra sin fin, dentro de esta batalla, esta titánica lucha entre un Insecto y sus peores enemigos: el fantasma del pasado y su fiel aliado la monotonÃa. Pero es otra celda, con ventanas, sÃ, pero celda al fin y al cabo.
¿Por qué ella juega con ventaja? (¡Maldita sea mi suerte!) ¿Cómo vencerla? ¿Cómo ganarle? Lo he hecho en multitud de ocasiones, pero ella resucita del infierno mismo de mi mente. De los amigos, el trabajo, la sociedad, la familia, el amor, la bebida, la televisión? Está omnipresente, cual dios entre los hombres. ¡MonotonÃa! ¿Por qué me buscas? ¡MonotonÃa! ¿Por qué me encuentras? ¿De qué delito se me acusa?
Son las cuatro de la mañana. El bar ha cerrado. Mis amigos, en sus casas. Y yo, salgo con monotonÃa por estas grises calles en dirección a ninguna parte. Filosofando con esta pequeña botella de ron.
Paso a paso camino por el viejo casco de la ciudad de A Coruña, llego al puerto y veo entrar las pequeñas lanchas de los pescadores que regresan a tierra tras largas horas de trabajo.
Manos machacadas por el forzar continuo de las cuerdas, cuerdas que amarran las redes y redes que amarran las vidas de unas gentes que se esfuerzan por sobrevivir, en tener el pan de mañana.
Un pan que de momento y desde esta embriaguez de la que soy esclavo, veo que los polÃticos roban. Un pan que a mi parecer y desde la ?ignorancia? de la que es preso el pueblo cada dÃa reclama con más intensidad.
El relente de la luna baña mi rostro, demacrado por el alcohol que consumo para olvidarte. Porque el olvido es la mejor de las curas contra la enfermedad del alma, que es la muerte. Pero no la muerte como un hecho, sino como un estado. Morir en vida, ¿qué mayor penitencia existe?
Otro trago más de esta amarga bebida. y continuo hablando con mi inseparable compañero de bulerÃas.
- Porque en verdad te digo, mi fiel amigo, que no pienso morirme. No. Yo pienso vivir aun estando muerto, pues es lo más milagroso que puedo hacer. ¿Y ella? Ella desearÃa que yo estuviera en el otro lado. Si, como oyes. ¿Sabes que es el amor? Te lo explicaré?
El amor no existe, mi fiel amigo, el amor es otro de los muchos fantasmas con los que convives durante toda tu vida. ¿Te crees que lo de ella fue un duro golpe para mÃ? Tal vez estés en lo cierto, aunque la verdad es que lo que más llegó a joderme fue su hipocresÃa, su creencia en el poder de lo estéticamente bello.
Pero esa teorÃa siempre contó con un fallo de base y fue el hecho de que la belleza estética, es eterna y constantemente cambiante. ¿No crees? Todo nace y todo se transforma, de una forma a otra, sin detenerse un instante, como tú, como yo.
El alcohol sigue recorriendo mis venas, sigue abriendo viejas heridas, sigue creando nuevos senderos a la errante razón de mis oscuros sueños. A la vez, continúo por las calles de la ciudad vieja, plagada de edificios creados en piedra trabajada perfectamente, misteriosos testigos de la historia de este viejo marinero llamado Coruña.
Sin forzar mi mente, otro pensamiento vuelve a invadir mi morada interior: la soledad. Compañera inseparable de mi ser. (Observo a un perro hurgar en la basura)
- ¡Necio de ti, que crees que buscando entre los escombros ajenos hallarás el placer propio! Necio de ti, pobre condenado, que pensaste hallar en el ser humano, el amigo inseparable. Necio de ti, mi pobre amigo, que ignoras lo que han llegado a hacerte.
Porque en verdad te digo, mi viejo amigo, que la soledad vive con nosotros hasta la eternidad. Pues si lo piensas, cuando caminas con alguien a tu lado, tu y el estáis yendo
solos, tal vez en la misma dirección, pero solos al fin y al cabo. Por eso, solemos buscar en los restos del prójimo la razón de nuestra existencia mortal.
Son las cinco de la mañana, ya vuelven a abrir los bares, ya vuelve a latir este corazón comatoso, semi-inconsciente, ebrio de esperanzas, de sueños, de pasiones, de filosofÃa barata. Ya vuelvo a sentirme muerto, ya vuelvo a resucitar de entre lo real, ya vuelvo a visitar el paÃs de lo imposible, de lo impensable, ya vuelvo a creer en lo que no puedo ver.
Me dirijo al bar donde el sol siempre nace, al bar donde la única bebida que no sirven es la razón.
- ¿Qué te sirvo? Compañero ?me pregunta el camarero.
- SÃrveme lo más fuerte que encuentres detrás de esta barra.
- Ya sé lo que tú necesitas? Ahora mismo te sirvo.
Tras unos minutos revolviendo en el fondo de la oscuridad, me muestra una pequeña caja y me dice:
- Aquà tienes, nada más entrar por esa puerta ya sabÃa lo que buscabas.
- ¿Qué es esto? ? pregunté extrañado
- Si tú no lo sabes, difÃcilmente te lo podrÃa explicar yo.
En el fondo de la caja, dos herramientas rotas. Una de ellas, un pequeño bolÃgrafo y la otra un pequeño papel?
- Tú sabes lo que debes hacer.- Dijo el camarero, adelantándose a mi pregunta.
- ¿Qué debo escribir? ? pregunté.
- La pregunta no es qué debes hacer. ¿Qué quieres hacer?
Son las ocho y media de la mañana de un domingo cualquiera. Aparezco tirado en mi cama, con la ropa toda arrugada, con una botella de ron tirada en el suelo y con un pensamiento en lo poco que queda activo de mi mente, escribirte:
Querida princesa:
Mientras mi garganta disfruta de la bebida, mi mente piensa una y otra vez en la escena de aquel frÃo dÃa de invierno.
Yo, un muchacho obrero, parado y fan de todos aquellos grupos de rock, que a mi parecer eran lo mejor que podÃa haber sido creado. Y tú, aquella chica tan mona, que deseaban todos los del barrio, la que hacÃa desesperar a cualquier chulo que pasara.
Ambos del mismo lugar, de la misma cloaca, pero diferentes ratas. Tú eras una persona de clase, una chica formal, aunque siempre te fueras de bares y los que te conocÃan opinaban que jamás habÃan probado chica igual. Mientras que yo siempre fui un insecto, el pobre desgraciado de la familia, sin dinero, sin estudios y con un trabajo muy poco deseable.
Ahora me veo aquà sentado frente a la ventana de mi estudio, con un ordenador que espera a que mis palabras aparezcan, con una mente pensando en el pasado, abriendo viejas puertas casi cubiertas por la enredadera del tiempo.
Ahora me veo aquà pensando en ti, pensado en que fue de tu vida. Las últimas noticias que tuve, fueron las de aquel accidente con tu actual novio. Un yonki, lo que tus padres nunca quisieran de ti. Dicen que te buscas el dinero cada noche en los portales, en los coches de desconocidos, en las habitaciones, en cualquier sucio agujero. Mira en que te has convertido, mi pequeña, ¿lo ves?
A lo largo del tiempo he fracasado en multitud de ocasiones, a lo largo del tiempo he agotado multitud de oportunidades, he intentado salir de esta mierda de cloaca que es la vida, aunque siempre tuviese todas contra mÃ, aunque siempre intentaran joderme a cada paso que daba, aunque siempre me impidieran ser yo mismo.
Por eso mi pequeña, yo siempre supe lo que valÃas. Yo siempre quise estar a tu lado. Yo siempre desee hacerte feliz. Yo siempre desee que siguieses tú sola el camino.
Mi pequeña, he aquà la carta de una persona que esta noche ha descubierto el sentido de su vida: Volver a empezar?
Hace unos dÃas que regresé de Madrid, unas pequeñas vacaciones, lo de siempre. Lo de siempre. La monotonÃa.
MonotonÃa. Palabra que con solo pronunciarla ya se descubre. Sola lo dice todo, sola se vuelve pesada, sola se prostituye por un único precio: mi vida. Lo he pensado multitud de veces, caer, dejar de pensar, olvidarme de todo. Y beber un sorbo más de esta amarga bebida.
?Porque la vida es como la cerveza. ¿No crees?? Me comenta mi compañera inseparable. ?Amarga el primer momento que la pruebas, después, cuando ya estás acostumbrado, el paladar se adapta y lo acepta, monotonÃa??
Levantarse temprano, conducir hasta el trabajo, el atasco, tu jefe, un dÃa, otro dÃa, otro dÃa, otro dÃa?
Levantarse temprano, salir de casa, tropezarte con la gente en el metro, angustia, espacio pequeño, tu jefe, tu trabajo, un dÃa y otro y otro y otro?.
MonotonÃa, palabra solitaria que acecha la mente de las personas, asesina anónima de tus sueños, de mis sueños, de vuestros sueños, de nuestros sueños? Palabra, que por más que lo intente, aparece como alma en pena, para llevarse al otro mundo (el fracaso) lo que más añoro de este: mi vida.
El pequeño bar asemeja ser, esta noche como tantas otras, mi pequeña celda. Celda que está ahÃ, no la veo pero la presiento, no la huelo pero emana un olor a mierda, podredumbre, celda de la que mi carcelero, la monotonÃa, se encarga de modificar para burlarse de la ignorancia de la que soy preso yo, tu él, nosotros, vosotros y ellos. Ignorancia humana, material.
Ya están aquÃ, mis amigos. Por fin parece que la monotonÃa me ha dado una tregua en esta guerra sin fin, dentro de esta batalla, esta titánica lucha entre un Insecto y sus peores enemigos: el fantasma del pasado y su fiel aliado la monotonÃa. Pero es otra celda, con ventanas, sÃ, pero celda al fin y al cabo.
¿Por qué ella juega con ventaja? (¡Maldita sea mi suerte!) ¿Cómo vencerla? ¿Cómo ganarle? Lo he hecho en multitud de ocasiones, pero ella resucita del infierno mismo de mi mente. De los amigos, el trabajo, la sociedad, la familia, el amor, la bebida, la televisión? Está omnipresente, cual dios entre los hombres. ¡MonotonÃa! ¿Por qué me buscas? ¡MonotonÃa! ¿Por qué me encuentras? ¿De qué delito se me acusa?
Son las cuatro de la mañana. El bar ha cerrado. Mis amigos, en sus casas. Y yo, salgo con monotonÃa por estas grises calles en dirección a ninguna parte. Filosofando con esta pequeña botella de ron.
Paso a paso camino por el viejo casco de la ciudad de A Coruña, llego al puerto y veo entrar las pequeñas lanchas de los pescadores que regresan a tierra tras largas horas de trabajo.
Manos machacadas por el forzar continuo de las cuerdas, cuerdas que amarran las redes y redes que amarran las vidas de unas gentes que se esfuerzan por sobrevivir, en tener el pan de mañana.
Un pan que de momento y desde esta embriaguez de la que soy esclavo, veo que los polÃticos roban. Un pan que a mi parecer y desde la ?ignorancia? de la que es preso el pueblo cada dÃa reclama con más intensidad.
El relente de la luna baña mi rostro, demacrado por el alcohol que consumo para olvidarte. Porque el olvido es la mejor de las curas contra la enfermedad del alma, que es la muerte. Pero no la muerte como un hecho, sino como un estado. Morir en vida, ¿qué mayor penitencia existe?
Otro trago más de esta amarga bebida. y continuo hablando con mi inseparable compañero de bulerÃas.
- Porque en verdad te digo, mi fiel amigo, que no pienso morirme. No. Yo pienso vivir aun estando muerto, pues es lo más milagroso que puedo hacer. ¿Y ella? Ella desearÃa que yo estuviera en el otro lado. Si, como oyes. ¿Sabes que es el amor? Te lo explicaré?
El amor no existe, mi fiel amigo, el amor es otro de los muchos fantasmas con los que convives durante toda tu vida. ¿Te crees que lo de ella fue un duro golpe para mÃ? Tal vez estés en lo cierto, aunque la verdad es que lo que más llegó a joderme fue su hipocresÃa, su creencia en el poder de lo estéticamente bello.
Pero esa teorÃa siempre contó con un fallo de base y fue el hecho de que la belleza estética, es eterna y constantemente cambiante. ¿No crees? Todo nace y todo se transforma, de una forma a otra, sin detenerse un instante, como tú, como yo.
El alcohol sigue recorriendo mis venas, sigue abriendo viejas heridas, sigue creando nuevos senderos a la errante razón de mis oscuros sueños. A la vez, continúo por las calles de la ciudad vieja, plagada de edificios creados en piedra trabajada perfectamente, misteriosos testigos de la historia de este viejo marinero llamado Coruña.
Sin forzar mi mente, otro pensamiento vuelve a invadir mi morada interior: la soledad. Compañera inseparable de mi ser. (Observo a un perro hurgar en la basura)
- ¡Necio de ti, que crees que buscando entre los escombros ajenos hallarás el placer propio! Necio de ti, pobre condenado, que pensaste hallar en el ser humano, el amigo inseparable. Necio de ti, mi pobre amigo, que ignoras lo que han llegado a hacerte.
Porque en verdad te digo, mi viejo amigo, que la soledad vive con nosotros hasta la eternidad. Pues si lo piensas, cuando caminas con alguien a tu lado, tu y el estáis yendo
solos, tal vez en la misma dirección, pero solos al fin y al cabo. Por eso, solemos buscar en los restos del prójimo la razón de nuestra existencia mortal.
Son las cinco de la mañana, ya vuelven a abrir los bares, ya vuelve a latir este corazón comatoso, semi-inconsciente, ebrio de esperanzas, de sueños, de pasiones, de filosofÃa barata. Ya vuelvo a sentirme muerto, ya vuelvo a resucitar de entre lo real, ya vuelvo a visitar el paÃs de lo imposible, de lo impensable, ya vuelvo a creer en lo que no puedo ver.
Me dirijo al bar donde el sol siempre nace, al bar donde la única bebida que no sirven es la razón.
- ¿Qué te sirvo? Compañero ?me pregunta el camarero.
- SÃrveme lo más fuerte que encuentres detrás de esta barra.
- Ya sé lo que tú necesitas? Ahora mismo te sirvo.
Tras unos minutos revolviendo en el fondo de la oscuridad, me muestra una pequeña caja y me dice:
- Aquà tienes, nada más entrar por esa puerta ya sabÃa lo que buscabas.
- ¿Qué es esto? ? pregunté extrañado
- Si tú no lo sabes, difÃcilmente te lo podrÃa explicar yo.
En el fondo de la caja, dos herramientas rotas. Una de ellas, un pequeño bolÃgrafo y la otra un pequeño papel?
- Tú sabes lo que debes hacer.- Dijo el camarero, adelantándose a mi pregunta.
- ¿Qué debo escribir? ? pregunté.
- La pregunta no es qué debes hacer. ¿Qué quieres hacer?
Son las ocho y media de la mañana de un domingo cualquiera. Aparezco tirado en mi cama, con la ropa toda arrugada, con una botella de ron tirada en el suelo y con un pensamiento en lo poco que queda activo de mi mente, escribirte:
Querida princesa:
Mientras mi garganta disfruta de la bebida, mi mente piensa una y otra vez en la escena de aquel frÃo dÃa de invierno.
Yo, un muchacho obrero, parado y fan de todos aquellos grupos de rock, que a mi parecer eran lo mejor que podÃa haber sido creado. Y tú, aquella chica tan mona, que deseaban todos los del barrio, la que hacÃa desesperar a cualquier chulo que pasara.
Ambos del mismo lugar, de la misma cloaca, pero diferentes ratas. Tú eras una persona de clase, una chica formal, aunque siempre te fueras de bares y los que te conocÃan opinaban que jamás habÃan probado chica igual. Mientras que yo siempre fui un insecto, el pobre desgraciado de la familia, sin dinero, sin estudios y con un trabajo muy poco deseable.
Ahora me veo aquà sentado frente a la ventana de mi estudio, con un ordenador que espera a que mis palabras aparezcan, con una mente pensando en el pasado, abriendo viejas puertas casi cubiertas por la enredadera del tiempo.
Ahora me veo aquà pensando en ti, pensado en que fue de tu vida. Las últimas noticias que tuve, fueron las de aquel accidente con tu actual novio. Un yonki, lo que tus padres nunca quisieran de ti. Dicen que te buscas el dinero cada noche en los portales, en los coches de desconocidos, en las habitaciones, en cualquier sucio agujero. Mira en que te has convertido, mi pequeña, ¿lo ves?
A lo largo del tiempo he fracasado en multitud de ocasiones, a lo largo del tiempo he agotado multitud de oportunidades, he intentado salir de esta mierda de cloaca que es la vida, aunque siempre tuviese todas contra mÃ, aunque siempre intentaran joderme a cada paso que daba, aunque siempre me impidieran ser yo mismo.
Por eso mi pequeña, yo siempre supe lo que valÃas. Yo siempre quise estar a tu lado. Yo siempre desee hacerte feliz. Yo siempre desee que siguieses tú sola el camino.
Mi pequeña, he aquà la carta de una persona que esta noche ha descubierto el sentido de su vida: Volver a empezar?
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- Mensajes: 415
- Registrado: Mar Jun 29, 2004 12:43 pm
- Ubicación: A Corunha, Galiza (Terra de Mar e Ar)
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Jejejeje. Muchas Gracias, princesa. Por leerlo. Me ha gratificado que te guste. 

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- Mensajes: 415
- Registrado: Mar Jun 29, 2004 12:43 pm
- Ubicación: A Corunha, Galiza (Terra de Mar e Ar)
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Gracias a tod@s, de verdad!
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...qué preciosidad de relato... lo leí, y a continuación leí el resto que habías escrito por aquí, tremendo todo, tremendo, un placer leerte, gallego, yo ahogo mis penas por las calles de santiago, por cierto, cuídese...
la de cosas sensatas y coherentes q dices cuando estas borracho....no dejes de beber nunca.....yo lo tendre q dejar porq no digo mas q gilipolleces y comparando pos me siento gilipollas y me da el bajon asi q....
cuando vea a un tipo hablando con un perro en alguna callejuela del orzan le invitare a una copa...si no eres tu por lo menos hare feliz a alguien
cuando vea a un tipo hablando con un perro en alguna callejuela del orzan le invitare a una copa...si no eres tu por lo menos hare feliz a alguien
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- Registrado: Mar Jun 29, 2004 12:43 pm
- Ubicación: A Corunha, Galiza (Terra de Mar e Ar)
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Gracias a todos, de verdad. 
laloquisima,
"pues a mi me ha me ha parecido un puto coñazo.
pa gusto los colores.
sigue intentándolo."
¿Y no es la monotonÃa un puto coñazo?Jajajaja. Muy bien leido, si señor!

laloquisima,
"pues a mi me ha me ha parecido un puto coñazo.
pa gusto los colores.
sigue intentándolo."
¿Y no es la monotonÃa un puto coñazo?Jajajaja. Muy bien leido, si señor!
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