Cuentas pendientes

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Margen del pensamiento
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Cuentas pendientes

Mensajepor Margen del pensamiento » Mar Nov 29, 2011 1:46 am

Para los que son sangre de mi sangre y para los que la hacen circular con sentido único, para quien se cuela entre sístoles y diástoles para ser protagonista de mis cuentos, de vuestro Edward Bloom particular.

A mi madre:


Dicen que la sapiencia y el amor
remanen imperecederos
en quien se implica y sabe sufrir
cuando llega la hora de asaltar cerrojos,
cuando chirrían las bisagras a la vida.
Creciste entre glebas
de yermas tierras labriegas
que pintaron en ti un gris
que supiste transformar
en brillante lucero de empeño.
Sólo cuando se sabe sufrir
se aprende a valorar
las minucias que uno tiene,
aunque no sean
las que ansían los demás.

Dicen de estos héroes y heroínas
que llega día que descubren el sentido
de los designios
de nuestros diminutos pasos de presente,
que llegan a experimentar
la sensación de colmatar sus deseos
llenando hondonadas de carencias
con la felicidad que te da el deber cumplido
de siempre tratar de obsequiar con una sonrisa
a quien no se sabe tan siquiera
con la capacidad de sentir.
Y dicen que esa felicidad nunca es tan grande
como cuando esas víctimas
del complejo raciocinio humano,
que todo lo corrompe y contamina,
son capaces de esbozar una sonrisa
de manera autosuficiente,
sin su ayuda,
como obra de arte que cobra vida
y pasa a ser sujeto
que dibuja sus propios trazos.

Bastaría la simpleza de ser como animales
y en su grandeza limitarnos
a buscar alimento,
reproducirnos,
ignorantes de nuestro paso fugaz,
para desterrar al miedo de nuestros días
y empeñarnos en no ser más
que meros animales
con intacta capacidad de amar,
que al fin y al cabo
es lo que más nos hace sentir vivos.

Mi señora madre,
nadie más digna que tú
para mirar a la cara a la vida.
Mi modelo a seguir,
mi dadora de genes incorruptibles
y de sueños inquebrantables
que en días cercanos te devolveré
decuplicados
para darte la paz eterna.

A mi padre:

Mi padre es como un verano de san Martín,
llega sin hacer ruido
y se marcha
dejándote la calidez suficiente
para pasar un invierno
sin más manta
que la que fabrica
en su infatigable laboreo.

Es el rey de las hormigas
que incansable
recorrería imaginarios
para aliviarte con simples hogazas,
que le triplican en peso
pero que iteran infinitesimales
comparadas con la fuerza de su empeño.

Mi padre es las patas de la mesa,
la vela que llena el viento,
el sustento
que nunca pregunta por qué
pues se sabe imprescindible
y con eso le basta, le sobra.

Él es el magnetismo terrestre
que dota de norte a las brújulas,
el paso que hace el camino
que recorrerás sin echar en falta
volver a mirar hacia atrás.
Es la opulencia
de un verso gritado en silencio,
es la impronta
de un beso que sella
sin la necesidad de ser dado,
el destierro de las carencias
al lugar donde marchan
los recuerdos por siempre olvidados.

A mi hermana:


Aúna la belleza nefertiana
con la felina mirada de una Cleopatra
sacada de tiempo y lugar.

Nuestra pequeña hormiguita,
nuestra mesilla con alma de hemiciclo consistorial,
la de menor genética materna,
mayor amalgama de ciencias
y, por tanto,
enorme capacidad de temer
a lo que no debiera ocupar lugar.
Como el amor,
que nunca comprendió trazo
ni abarcó materia
y que nunca sabes bien donde está.

Se empeña en amar,
pero todavía no comprende
que dichos artes distan como antípodas
de la rectitud que acumula
en su incansable voluntad.

Ahora te arrepientes
porque entiendes
que dejaste que el miedo
contestara por tí
a preguntas que jamás tendrán respuesta.
Te creaste tu propia versión
para tratar de tener todo controlado
y calmar unas inquietudes
que solo cesan cuando te entregas sin miedo
a quien te hace sentir la única en el lugar.

Entrégate sin miedo,
entrégate sin ciencia,
no en vano portas los genes
de aquellos que tienen
inmensa capacidad de amar,
capaces de resurgir como el ave fénix
cuando obtienen portazo de oscuridad,
pero no te permitas el lujo
de serte un cerrojo
cegado por el miedo
ante lo que no sabes contestar.

Eres fontana que brota belleza incesante
y que brincando nenúfares
podría portar losas,
levitar entre sus ondas que surgen
solo por quererte acompasar las horas.

A mi hermano:

No existe bondad en la Tierra
capaz de desbordar en tus manos,
no conozco calibre que tare
la buenaventura que se confina
en los lindes de tus ojos almendrados.

De esta vida no temas
ni en el reverso de su solapa,
pues si algún día se ciegan las horas,
incontables manos surgirán a tu paso
cual arrieros con hoces que blanden
para dejarte el camino marcado.

Eres viento que destierra tramontana,
eres alba que confina a los solsticios,
la más pura esencia que pervive
del empeño de aquel humanista
que cree en un futuro mejor.

Me impresiona tu capacidad
de pensar en el presente
como el mejor de los pasados,
me relega y retrotrae
a aquellos tiempos de antaño
en que la falta de información
dejaba los platos vacíos
pero llenaba a raudales
un mundo interior
repleto de soportales
que forjábanos de valor.

A la que se ha ido:

No te culpo por tu miedo
pues es sentimiento innato
y es el origen de todo
cuanto hoy se nos ha dado.
El miedo a morir congelados
fue la chispa que encendió el fuego,
el miedo a la nada después de la muerte
dio origen a los ritos funerarios,
el miedo a quedarnos solos
nos dotó de los vocablos.
El miedo, en definitiva,
es el origen de todo cambio.

No te culpo por tu miedo
sino por sola querer afrontarlo,
pues el miedo en mi pecho esfuma
al perder de vista calendarios.

No te culpo por tu miedo
pues es sentimiento innato,
te culparé de tu desdicha
por no tenerme a tu lado.

Que el miedo, al tenerme a tu lado,
es un bien innecesario,
que no aporta sentido en vida
más que para descosernos
mutuamente por los labios.

Dejaré que por tus medios te equivoques
para serte añoranza en el pasado
pues si inquebrantable en tu suerte te quieres
no seré quien te prive del agravio.

Has dejado que tu miedo sin respuesta
en tu mente redibuje tu verdad,
la has creído como cierta
y por un tiempo no te niego lo será.

Pero cuando los actores dejen las bambalinas
y te des cuenta que la función te ha denostado
te darás cuenta que no eres la heroína
que se sabía con razón en lo acabado.
sexto_anaklan
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Mensajepor sexto_anaklan » Mié Dic 14, 2011 10:17 pm

Impresionante homenaje, a los tuyos.
Impresionante composición, para el resto del mundo. Como solía decir Cronos, ovación de gala, con el público puesto en pie.
Margen del pensamiento
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Mensajepor Margen del pensamiento » Vie Dic 30, 2011 3:49 pm

Sexto_anaklan, te agradezco la molestia de leerte algo tan sumamente personal y extenso, espero que, al menos, pudieras hacer tuyo algo de todo lo leído. Sabes, algunas de éstas palabras han sido ya escuchadas y, desde entonces, el silencio final llegó acompañado de un sinfín de sonrisas hasta ahora indelebles derivadas de la comprensión de estas palabras. Nada puede llenar más al que las vio nacer.

Un abrazo.

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