LA PERRERA 4º Capítulo

Poesía y relatos.
Camino
Mensajes: 65
Registrado: Mar Ago 08, 2006 10:47 pm
Ubicación: En el lugar equivocado y en el momento más inoportuno

LA PERRERA 4º Capítulo

Mensajepor Camino » Vie Abr 04, 2008 2:13 pm

CAPÍTULO 4

Me sirvo otra taza de café. No me conformo con el azúcar y le echo otra cucharada. Me siento nuevamente delante del ordenador con ganas de acabar. Poso el café. Continúo.

Marco el número. El teléfono da los tonos. Una voz de mujer pregunta al otro lado del auricular:

?¿Diga? ¿Hola?

?Sí, ¿Roberto Ríos Cruz? ?Me debe favores aún sin cobrar. Conmigo cerca, guardándole, se ahorró muchas hostias.

?¿Sí? ?Voz de hombre; puede ser Roberto.

?¿Roberto? ¿Mariposón? Soy Ruiz, Juan Carlos Ruiz. Tengo información comprometida. Información sobre El Reformatorio.

?De acuerdo.

?Si me llegase a pasar algo mandaré que te lo hagan llegar. Remueve bien el panorama, airea lo podrido. Es hora de joder; pero una jodienda bíblica.

Cuelgo. Me pongo a la faena. Quiero acabar esta parte y comenzar con la acción. Bebo algo más de café.

Lo guardo en 2 CD-Roms. Los traspapelo dentro de unas revistas del corazón que le había comprado a mi madre la tarde de ayer.

Aparco en el garaje del edificio y subo en ascensor al 5º. Entro en casa, cuelgo la gabardina en la entrada y paso al salón. Saludo a mi madre besándola en la frente cuando se levantaba del sillón. Hay anuncios en la tele. La sigo de cerca hasta la cocina:

?¡Qué bien huele! ?Sonrío dócilmente.

?Eso es porque tienes hambre. ?Ríe su propia gracia mientras me sirve la cena.

Cojo mi plato y la sigo de regreso al salón y me siento en el sofá. Apoyo el plato en la mesita:

?Mamá... ?No sé cómo empezar.

?¿Sí, hijo?

?Necesito que me guardes algo...

?Siempre en líos, nunca serás un hombre de provecho. ?No es tonta y entiende que algo pasa.

Voy a buscar al mueble de la entrada las revistas, saco uno de los CD-Roms y lo agacho en el bolsillo interior de la gabardina.

Le entrego el paquete. Le enseño el CD. Se levanta. Posa las revistas en el asiento, va a la mesa principal y coge la foto de mi padre:

?Todos los hombres sois iguales. ?Mira la foto al sentenciar esta verdad: ?Acércame éso. ?Desarma el marco. Me acerco con mi salvoconducto y lo coloca entre la fotografía y la lámina de madera.

?Má. ?Busco su atención. Me mira. Me escucha: ?Si me pasa algo vendrá a pedirte éste CD una amiga.

?Vale.

?Se llama Penélope, mamá.

?Penélope, vale. ¿Tan seguro estás de qué te va a pasar algo? ?Me pregunta con congoja.

?Mamá... miremos la televisión.

Ceno y vemos la telebasura que echan a estas horas como si no hubiese pasado nada.

Me voy a dormir temprano que mañana tengo que madrugar. Me despierto antes de que suene el despertador, mucho antes del alba. Me voy sigilosamente para no despertarla.

Conduzco aprovechando que por las horas que son la carretera es mía.
Me dirijo a entregar el otro CD-Rom. Aparco enfrente de un edificio que merece ser declarado como feísmo urbanístico.

Me esfuerzo por poner la mejor cara posible; teniendo en cuenta que todavía no son ni las 7:00 a.m.

Entro y digo:

?Buenos días, señorita. ¿Podría avisar a Ruiz Ventura? ?Fuerzo más la sonrisa. Huele a geriátrico.

?Caballero, ¿se da cuenta de las horas qué son? ?Uf, se lo dice a alguien que no le gusta madrugar. Muevo la cabeza sin olvidar la sonrisa: ?¿Quién es usted?

?El retoño de Edelmiro Ruiz. ?Digo como presentación: ?Me llamo Juan.
Mira en su lista; supongo que el número de la habitación. Sale de su puesto:

?Espere aquí. ?Se marcha a dar el aviso.

Espero. Cuando regresa me recrimina que no haya venido antes a saber de él. Sus piernas jamonas, torneadas y femeninas encabezan la marcha. Mis pasos son los únicos que resuenan.

A la luz de una insuficiente lamparita de mesa, no me parece lo que siempre representó para mí. Hay dos sillas, una a cada lado. La enfermera le debió ayudar a vestir la bata que lleva puesta. Me siento del lado de su cuerpo atrofiado y agarrotado; me da menos miedo. La hemiplejia derrotó al cabrón que fue y sólo queda el hombre.

?Hola, padre. Buenos días. ?Mantengo baja la mirada. Me sigue dando miedo. No sé de dónde coge fuerzas mi madre para venir a verlo cada semana, o cada dos a lo más tardar.

No quiero alargar la situación. No quiero que él disfrute con mi humillación; a mi costa. Rebusco y se lo muestro:

?Necesito que lo tenga. ?Le digo: ?Luego sabe lo que hay que hacer...

?Mover hilos, contactar con la gente pertinente y que vea la luz.

Se lo entrego y me ordena:

?En el cajón del escritorio hay bolígrafos, rotuladores y hojas. Coge un rotulador.

Abro el cajón y allí hay de todo tipo de objetos de oficina. Remuevo y encuentro un rotulador permanente. No pregunto para qué lo tiene. Lo levanto en alto y le pregunto con la mirada si ése sirve.

?Sí, tráelo. Ábrelo.

Se lo doy preparado y veo que ya tiene listo el CD-Rom en su regazo. Se encorva y escribe algo meticulosamente. Lo deja ahí aguardando a que yo lo coja. Leo que ha escrito con letra anticuada <<Éxitos Gardel>>. Me señala la pila de CD´s, al lado de la radio-CD:

?Ponlo con el resto.

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado