adonde lleve el viento

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drogadisto
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adonde lleve el viento

Mensajepor drogadisto » Jue Feb 17, 2005 3:45 am

Lo mejor está por delante, las puñaladas vienen por detrás y sangre por todas partes sangrada muy a mi pesar. Lo mejor siempre está por delante, lo mejor siempre es el final, lo mejor que puede pasarte es que no te pase nada más y lo único importante tampoco tiene importancia, en realidad, nada importa a nadie y nadie importa a los demás. El mundo a veces querría pararse pero nunca deja de girar, sabe que lo mejor está por delante y siempre lo va a buscar y siempre llega tarde y nunca llegará, hasta el día en que se canse para, entonces, descansar de esta carga insoportable, esta infinita soledad, de este alma con un hambre que no se puede saciar. El final es lo importante. Lo mejor es el final. Y que hacemos durante? Esperar.

El destino siempre está por delante y el abismo siempre bajo tus pies, cuidado con el camino, caminante, porque bien podrías caer antes que después, porque esto es antes o después, eso es ser o no ser, antes o después. Todo es cuestión del tiempo, el tiempo es la cuestión, veo arder el infierno en las manecillas de mi reloj. El tiempo es el mayor depredador y no tiene alma, no tiene entrañas, no tiene corazón, no acepta tus excusas gastadas de perdedor, tanto mañana, tanto ahora voy y al final ganará la batalla el despertador.

Lo único seguro es que encontrarás un camino por oscuro que parezca el futuro, por muy negro que sea el vacío y aunque parezca que no hay destino ninguno y todos los pasos sean pasos perdidos y todo al final se convierta en humo, a pesar de todo encontrarás un camino y al final, siempre es duro.

Y en las calles mustias de invierno el sol despierta con resignación, con resentimiento, a ver que nos depara el día de hoy. Y en las sucias calles de invierno alguien busca, alguien no encuentra una razón, va deambulando el tiempo a golpes de corazón. Y en la turbias calles de invierno nunca acaba de llegar el sol, siempre empieza amaneciendo pero la luz se hiela alrededor. Y la lluvia en las calles del infierno no apaga las llamas del dolor, siempre arde la hoguera del tiempo y quema madera como tú y como yo. Y en las nocturnas calles el viento busca una explicación, la luna pregunta en silencio con su gélido resplandor.

La mirada perdida, la mirada en el destino, la mirada de las mil millas en los ojos del olvido. La mirada rota, la mirada a pedazos, la mirada loca por arder en tus brazos. La mirada asesina, la mirada desde el infierno, la mirada que suspira perdida en el tiempo. La mirada oscura, la mirada de la duda, esa mirada clavada en la tuya. La mirada de la derrota en los ojos del fracaso, esa última gota desde el fondo del vaso.

Me levanto a media noche, huyo de la luz y tras unas cuantas horas de derroche me vuelvo a mi ataúd a esperar otra vez a las doce para seguir arrastrando mi cruz, más allá de lo que conoces, más allá de esta esclavitud, más allá de sueños y pesadillas, hasta donde nadie ha llegado aún, y así van lloviendo los días, sobre mi juventud.

Me he perdido por mil caminos y aún no me he encontrado, todavía sigo vivo y la de veces que me han matado, sólo encontrarás tu destino, toda esperanza es en vano la vida no tiene más sentido que quitarnos lo que nos ha dado, la vida es un suspiro, un orgasmo, un gramo, y cuando la termino es como si no hubiera pasado, todo se lo tragará el olvido y además de un solo trago, bebe, amigo mío, que ya somos pasado.

Jamás encontré un rumbo, fui vagando sin dirección, atravesé medio mundo sin salir de mi habitación, a la deriva de mi pensamiento, a golpes de corazón, atravesando el mar abierto, el océano del dolor y las nubes en el cielo inmenso son zarpazos al mar del sol y a los dos nos arrastra el viento, sin dirección.

A la deriva, otra ola del mar, a la deriva, sólo puedes naufragar, a la deriva, la herida y la sal, a la deriva se escapa mi vida y no lo puedo remediar, a la deriva viajan los días y la deriva se los suele tragar, a la deriva tu vida y la mía, a la deriva, eso no es navegar, a la deriva tu vida y la mía, exactamente como la de los demás.

Estoy totalmente perdido en las infinitas líneas del pentagrama, yo, que para mí cuatro cuartos son un kilo y dos tercios cerveza embotellada. Estoy del todo perdido en las seis cuerdas de esta guitarra, a veces creo que sigo vivo sólamente por acariciarla. Estoy mucho más que perdido, estoy sin ganas de encontrarme, estoy hasta los güevos de ser testigo de un mundo tan miserable. Ya estoy cansado amigo mío de ver pasar frío y hambre, estoy cansado de esperar al destino: Que corra la sangre. Cansado de ahogar las penas en vino, cansado de lamentarme, estoy mucho más que perdido, mucho más que distante.

Y sigo subiendo escalones sin saber lo que me espera al final de la escalera, sigo subiendo escalones y a cada paso vuelve a crujir la madera desgastada por pies y manos, por todas las penas de todos los que han pasado. Sigo subiendo escalones y así van pasando los años, sin contemplaciones, sin más horizonte que más peldaños y sigo subiendo escalones y al final de la escalera me espera una calavera, la sonrisa de mi cráneo.

Hay una escalera que lleva a la cumbre de una montaña desde las mismísimas entrañas del mar, desde el océano más profundo hasta el techo del mundo, desde donde la tierra besa el cielo y hasta donde nace, bajo el mar.

Sigo buscando una razón de ser en los rincones de tu piel, sigo esperando, esperaré, no porque espere, no hay nada que hacer. Sigo paladeando la miel y la hiel, mirando a la luna para comprender, sigo vagando entre el mañana y el ayer y cualquier noche de estas va a amanecer. Sé que va a amanecer.

Mi alma sangra esperanza y a mi calavera le da pena que se muera y lo peor, lo peor es que no necesito drogas para seguir siendo dios, tú tienes contadas las horas y el que las cuenta soy yo.

Muy lentamente el tiempo nos va dando la razón pero vivimos encadenados al presente, atados al día de hoy y a todos nos persigue la muerte, vivimos a contrarreloj, a merced de la corriente, a la deriva, sin dirección.

Duérmete niña, duérmete ya o vendrá el coco y te comerá. Duerme mi niña, duérmete ya que mientras duermes puedes soñar, duerme mi niña, duérmete ya porque algún día despertarás, duerme mi niña, duérmete ya, quizás es mejor no despertar, duerme mi niña, duérmete ya que la mitad de la vida es soñar, duerme mi niña, duérmete ya porque de lágrimas ya está lleno el mar.

El tiempo es un tren con destino al infierno y los pasajeros lloran como corderos hacia el matadero, la luna contempla sus aullidos muda y mientras el mundo gira de nuevo, el sol pone luz donde sólo hay sombras porque al final el tiempo se tragará la historia porque el mundo gira sobre el abismo como giran las norias, como giran las tornas, y por eso mismo, nada importa. Nada importa porque al final el tiempo se tragará la historia, la vida es el sueño de un alma muerta, somos pasajeros sin billete de vuelta.

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