Ciclonautas. Una temporada en el infierno

Por Kike Babas y Kike Turrón

Camping de hastío es el tercer trabajo del trío hispano-argentino afincado en Iruña Ciclonautas. Una nueva, afilada y acerada colección de temas de pétreo hard-rock de vísceras emocionales al aire, especializada en los medios tempos de guitarras pesadas, bajos graves y baterías demoledoras. Un sonido asentado y, en su aridez, pulido al detalle, que bebe del rock clásico y del rock ácido, y que se postula como punta de lanza en castellano de esa línea cronológica que une a Blue Cheer, con Electric Wizard, The Melvins, Monster Magnet y Kyuss.

No en vano se definen como fronterizos y stoner, apelativos que les encajan a la perfección, a los que hay que añadir la idiosincrasia personal del cantante, compositor y guitarrista rosarino Mariano 'Mai' Medina, a la que se suma la presteza de la sección rítmica compuesta por el bajo de Javier 'Txo' Pintor y la batería de Alén Ayerdi, que simultanea su pertenencia a Ciclonautas con Marea. Es precisamente este último el que responde a las preguntas de Manerasdevivir.com.

¿Qué esconde o significa ese título, “Camping del hastío”?

Es un sentimiento de la época que nos ha tocado vivir, en la que nos metieron de un día para otro. Nosotros veníamos de vivir la máxima libertad en Argentina y, de pronto, llegamos a Madrid y a cada uno nos metieron en nuestra parcela de unos pocos metros cuadrados. Ahí todos perdimos un poco la libertad. El hastío vino luego, cuando aquello se prolongó bastante. Unas circunstancias en las que fue grabado el disco y bajo las que hicimos esta obra.

“Nos metieron en nuestra parcela de unos pocos metros cuadrados. Ahí todos perdimos un poco la libertad. El hastío vino luego...”

En las letras, abiertas a la interpretación, gobierna un toque sombrío, pero parece que brilla por momentos un cierto toque de luminosidad (¿esperanza?). ¿Sería correcta esa interpretación?

Sí, claro que sí. Es difícil que no haya un toque sombrío cuando se pierde la libertad, que es el bien más preciado, sobre todo como la vivimos en el planeta rock, que nos gusta separarnos un poco de la realidad y ser lo más libres que podamos. Es normal que haya un toque sombrío en todo el álbum, es la sensación de lo que nos ha dejado a todos la perdida de la música en directo y de otro montón de cosas. Pero claro, también hay un toque de luminosidad y de esperanza, un deseo de que pase todo esto y de que recuperemos lo que siempre hemos tenido, y en ello estamos. Estamos muy contentos porque, aun con restricciones y todo, nos hemos sobrepuesto y estamos pudiendo tocar, enseñándole a todo el mundo el disco que tenemos, del cual estamos muy orgullosos.

Once temas (“Sol”, “Bombo Sicario”, “Eterno Aprendiz”, «Abrazado a un misil», «¡Agua va!», «Deseo», «Matando al suicida», «El Ombligo», «Camping del hastío», «Dele al play» y «Souvenir») ¿Cómo fue su proceso de creación y composición?

Ha sido largo el proceso. Habría que remontarse al 2017, cuando terminamos la gira de Bienvenidos los muertos. Ahí Mai se quedó en Argentina una temporada porque decidimos hacer un parón y él ya fue montando canciones que, conforme iba viniendo a España, íbamos estructurando. Pero no sería hasta finales de 2019 que nos vimos con un montón de ideas que traía Mai y que nos ponían, fue cuando decidimos que los tres nos íbamos a Argentina, ya a principios de 2020, donde estuvimos casi tres meses, en Rosario, preparando y dándole forma estructural a todas las ideas de Mariano, allí empezamos en serio a hacer los primeros arreglos, a maquetar. El proceso fue bastante bonito, nos quitamos el invierno de aquí para vivir el verano argentino con nuevas canciones y con un poquito de libertad y de cambio de aires.

De todas formas han pasado seis años entre el anterior disco y este. ¿Por qué ese tiempo tan prolongado? Y, dado que desde vuestra formación en 2013 seguís siendo los mismos ¿Cuál es el secreto de esa longevidad, digamos, intermitente?

Teníamos muy claro que el tiempo lo tenía que marcar la creatividad, el parón ha sido largo pero, si cuentas la gira y todo lo que duró, que hicimos 80 bolos con “Bienvenidos los muertos” pues tampoco es tanto parón y en todo momento anduvimos trabajando en cosas. Ciertamente hicimos muchísimas cosas, vinieron muy de seguido Qué tal? (2014) y Bienvenidos los muertos (2015) y entre ellos hicimos dos giras que estuvieron unidas, no hubo separación entre ellas, con lo que estuvimos de gira tres año y pico seguidos y el grupo, tanto a nivel creativo como anímico, por agotamiento, merecía un descanso, para dar pie a la creatividad y cuidar un poco las ganas, porque verdaderamente hicimos muchísimos conciertos en tres años de actividad frenética donde registramos una treintena larga de canciones. ¿Cómo ha sobrevivido el grupo? Bueno, es un grupo de fácil supervivencia, somos tres y, cuando vimos que teníamos algo de dinero de la gira de Bienvenidos los muertos, en vez de repartirlo, decidimos ir a tocar a América y disfrutar allí, en el grupo tenemos que disfrutar, gozar e ir a tocar a tantos sitios como podamos, no priorizamos el poder vivir de ello.

“Teníamos muy claro que el tiempo lo tenía que marcar la creatividad”

¿En vuestro universo podrían darse cita poetas como Edgar Allan Poe (el cuervo de la portada lo sugiere) u oscuros grupos grunge como The Melvins? ¿Qué referentes podrías citar como influyentes en vuestra manera de hacer?

Las referencias son tremendas porque somos los tres muy diferentes, cada cual de nuestra madre y nuestro padre, sí que tenemos algunas coincidencias bastante guapas y buscamos lo mismo en sonido y, de hecho, uno de los secretos de que nos mantengamos juntos es que nos gustan muchas cosas parecidas y nos entendemos muy bien a la hora de arreglar, vamos por el mismo lado. Pero hay muchísimas referencias clásicas, mirando hacia atrás y muchísimas referencias contemporáneas mirando sobre todo el sonido, que se podrían aludir. Y referencias literarias también. La riqueza que tiene Mariano a la hora de componer y la batidora y el puré que hace de la historia de la música está al alcance de muy pocos creadores, que yo conozca por lo menos.

¿Creéis que se nota en vuestra música el origen hispano-argentino? ¿Es distintivo en alguna medida?

Sí, se nota por la personalidad de Mariano cantando, sobre todo. Por el nivel y gusto guitarrístico también, claro que se nota. Nosotros le hemos enseñado el rock español, él nos ha enseñado el rock argentino, hemos aprendido a amarlo y a quererlo y a que nos influencie, tenemos de ambas partes, de esas dos maneras de hacer y concebir el rock. También hemos mirado al rock americano anglosajón y al rock clásico de toda la vida, hemos tenido muchas referencias, contemporáneas por supuesto, nos encantan los sonidos del rock que se hace actualmente, creemos que la evolución ha ido por ahí… Desde luego, claro que se nota, Mariano es argentino y tiene el acento cantando y hablando, su cultura es de allí, normal que se note.

Ahora que hay perspectiva de tiempo, danos una breve valoración de vuestros discos en estudio Qué tal? y Bienvenidos los muertos.

Hemos ido buscando una línea, buscando nuestra personalidad. El primero fue el encontrarnos, el empezar a dialogar y conocernos, el juntar las canciones que ya tenía Mariano con las nuevas composiciones que empezamos a trabajar juntos. El segundo lo pensamos mucho más para que fuera un disco cuyas canciones se pudieran defender en directo porque estábamos en gira y nos pedía caña el cuerpo. Ahora sí que hemos hecho un disco más reposado en Camping del hastío, no en el aspecto musical, si no en el de darle más vueltas: todas las cosas que se nos quedaron pendientes y que creíamos que eran susceptibles de mejorarse en los dos anteriores trabajos, las hemos pulido, hemos limado las asperezas para llegar a lo que queríamos, a aquello que se nos quedó en el tintero de las otras grabaciones. Creo que Camping del hastío es una versión mejorada de Ciclonautas, donde ha influido la experiencia de grabar los dos primeros discos, el paso del tiempo, la madurez de cada uno como musico y la madurez como grupo. También es fruto de un poco todo lo que hemos ido escuchando. Vas logrando ser más tú conforme va pasando el tiempo, es una ley natural, tanto de riqueza de evolución, como del paso mismo del tiempo.

Ponednos al día de vuestros planes más inmediatos, que pasan por girar ¿no? ¿En ese sentido os sentís más banda de sala o de festival?

A nosotros nos gustan más los conciertos de sala, nos sentimos más cómodos, nos gustan mucho las salas. Eso sí, nos vamos acostumbrando poco a poco a recintos mayores, hemos hecho un montón de festivales este verano y ahí cada día nos sentimos más cómodos, creemos que tenemos el control y que no se nos hace grande, pero sí que las salas tienen algo especial para una banda de trío y para la propuesta que tenemos. Conseguimos hacer una olla a presión muy fácil en una sala, nos gusta ese ambiente, nos es muy familiar.

“A nosotros nos gustan más los conciertos de sala, nos sentimos más cómodos, nos gustan mucho las salas”

Hace poco acompañasteis a Robe en alguna fecha.

Sí, en Fuengirola, pero porque se pudo estar de pie. No tiene mucho sentido abrir para un artista con el público sentado, porque obligas a la gente a estar muchas horas sentada, pero en Fuengirola, como es de pie, pues a Robe le pareció muy buena idea.

¿Cruzareis el Charco?

En cuanto se pueda. Lo estamos deseando, porque el disco ha calado allí y de qué manera. Hemos visto las cifras de las escuchas digitales de Camping del hastío y Buenos Aires gana ya a todo el mundo, aunque tenemos todas las provincias argentinas con oyentes. Ya sería la tercera visita y tenemos muchas ganas de vernos con la gente de allí.

Por Kike Babas y Kike Turrón