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En Vivo 2012. A mal tiempo, buenos rocanroles

Por J. Garrido. Fotos de Patricia González

Tercera edición del EnVivo de Madrid, que abandona Getafe para ir a Rivas. A las sucesivas preguntas sobre el recinto, he de decir que me quedo con las instalaciones del Cerro de los Ángeles de Getafe. Hace unos meses estuve en el recinto de Rivas-Vaciamadrid viendo a Marea, y no me imaginaba como iban a montar un festival de la envergadura del EnVivo en dicho lugar; finalmente la solución fue dejar el único escenario fijo como escenario principal, y ocupar el parking con escenarios creando el “Pasillo Festival”: todos en fila. La verdad es que quedó bastante apañado, la organización demostró que son unos grandes currantes y aclimataron perfectamente un recinto nada ideal. Aún así, los 2 escenarios de rock estaban cada uno en una punta del enorme pasillo festivalero, y el paseo de un escenario a otro, bajo la lluvia y entre 55.000 personas se hacía hartamente complicado. El sonido de los escenarios muy bueno, respecto a los puestos de bebidas (con buenos precios) y comida (idem) ningún pero y el estar la mayor parte del recinto asfaltado nos salvó a todos de vivir otro Festival del Barro a los que estamos acostumbrados. Otro gran problema añadido por parte del ayuntamiento de Rivas (aquí la organización no tiene ninguna culpa) fueron los excesivos y desmesurados controles: paradas obligadas hasta en tres rotondas para acceder al festival, recibiendo la visita de la Unidad Canina en todos ellos y provocando un enorme atasco de entrada al pueblo.

La peor parte se la llevaron sin lugar a dudas los “Enviveros” venidos de otras ciudades o los madrileños que se quedaban a sobarla por los controles, ya que ir de la lejana zona de acampada a los conciertos era un viaje similar al de Frodo hacia Mordor.

Dicho esto, empecemos con los conciertos. Los problemas en los accesos y descubrir que el parking del recinto ahora albergaba el escenario de Hip-Hop, me hizo tardar mas de dos horas en aparcar y perderme la actuación de Silencio Absoluto, que presentaban en Madrid su tremendo disco “A puñetazos con los abrazos”. Lo siento chicos, seguro que estuvisteis geniales. Llegué justo para ver salir a Yosi al frente de sus incombustibles Los Suaves y regalarnos un bolo de alta nota: sonido espectacular y conscientes de estar en un festival volcaron todo su repertorio de clásicos sobre el escenario: “Dolores de llamaba Lola”, “No puedo dejar el Rock” o “Palabras para Julia” fueron alguno de los himnos que se sucedieron hasta la habitual escena final, con Yosi agitando las banderas de Galiza y de Los Suaves, en esta ocasión unida la madrileña. Bueno y divertido el bolo de The Locos: el grillo gigante en el escenario presenció como la gente huía del frío con bailes y saltos en temas como “Resistiré” o la nueva “Espacio Exterior”. Llegó el turno de los Brasileños Soulfly y aquí vuestro primo Garrido se quitó el sombrero (que no llevo): Max Cavalera y los suyos tronaron mas que el cielo que se resquebrajaba sobre nuestras cabezas e hicieron un bolo perfecto: increíbles guitarrazos, sonido perfecto, espectáculo en el escenario y una fuerza que hizo huir a los gafapastas despistados que nos rodeaban. La noche (al menos la mía) terminó con la actuación de los Canteca de Macao, que con su fiesta provocaron los bailecitos y movimientos de caderas de las niñas presentes y las divirtieron sobremanera, mientras el cielo finalmente rompía a llorar sobre el festival. Para mí, mañana más.

El viernes la verdad fue una putada, tanto para la organización como para el público. Desde el día anterior hasta casi la finalización de la jornada del viernes el cielo no dio ni una ligera tregua, reventando una jornada llena de rocanrol. Llegué prontito al recinto para realizar la entrevista a El Drogas (que podéis leer en esta misma web) y justo al terminar y despedirme de Enrique empezaron Sôber: lo de los madrileños es indescriptible, una verdadera bomba desde su regreso. Inmersos en su “Morfologira”, en honor a uno de sus discos mas laureados, nos regalaron un repertorio especial para fans, mientras jarreaba nadie tuvo narices a irse a refugio y perderse semejante espectáculo. De lo más destacable del festival. Les siguió un Kiko Veneno con sentimientos encontrados: si bien Kiko estuvo muy correcto, como siempre, el público no acompañaba en este evento a un espectáculo como el suyo, una verdadera lástima. Celtas Cortos pusieron el puntito festivo e hicieron olvidar durante un rato los calcetines empapados, para dar el paso al Maestro. Rosendo tocó en el EnVivo. Es todo lo que se puede decir del padre de todo esto, perfecto de la primera a la última vez que los he visto en mi vida. Cambian las canciones, los repertorios y el escenario, pero la sensación al ver al de Carabanchel siempre es la misma: Olé!. Bad Religion eran uno de los puntos fuertes del festival, y no defraudaron: los americanos descargaron sus grandes éxitos como “Generator” o “Punk Rock Songs”, con gran fuerza y aunque el tiempo no acompañara… un servidor tuvo la genial idea de refugiarse de la tormenta en el baño de enfrente del escenario (no había ningún tipo de techado salvo la carpa donde se encontraba el escenario pequeño) y ver el espectáculo desde allí, idea que fue copiada por decenas de personas hasta provocar una montonera. Y para montonera la que montaron los Boikot, entandarte ya del EnVivo y presentando su nuevo “Lágrimas de Rabia”, gran disco que, gracias a los videoclips de adelanto de los últimos meses, todos los asistentes conocían y vitoreaban y que, acompañado por los grandes clásicos de la banda (Acompañada por Txikitín y su gran espectáculo) hicieron el bolo perfecto para este tipo de festivales: larga vida. Cerraron la noche mis adorados Skunk DF, que regalaron un perfecto bolo a los que aguantaron en pie, preparados ya para el lanzamiento de su próximo álbum de estudio “Perseidas”.

Llegó el sábado y con él el fin del diluvio. La carretera de Valencia colapsada desde varios kilómetros antes de llegar a Rivas demostraba que Extremoduro no fallan, y la asistencia del festival se disparó por culpa de los extremeños. Pero para los rockeros de verdad (esos que no pagan una entrada de un festival de 3 días para ir 2 horas) había una cita imperdible antes: el debut de Enrique Villareal como El Drogas, que, acompañado por la superbanda que componía Txarrena en los últimos tiempos nos regaló un bolo impresionante. Lo de estos cuatro con Txarrena ya sabíamos que era de cuadro, de los que cayeron grandes temas como el recientemente facturado “Azulejo Frió” o la mítica “Déjalo muñeca”, pero escuchar por primera vez en directo temas de ese perdido “La Venganza de la Abuela” y sobretodo, ver a Enrique entonar de nuevo los barriqueros “Oveja Negra”, “Sofokao” o “En Blanco y Negro” fue un momento muy especial que espero repetir cuento antes. De diez. Llegó el momento de los esperados Extremoduro y sí, mereció la pena. Un directo mucho mas interesante que la gira de “La Ley Innata” (que al final fue antes que el esperado disco) con una calidad musical estratosférica y unas proyecciones en las pantallas muy trabajadas, impropias de su habitual pasotismo con lo no musical que se agradecieron mucho. El repertorio, aparte de tener esa nueva “Pájaro Azul” que rula por internete con la que abrieron el concierto y algunas del último disco como las acertadas “Tango Suicida” o “Si te vas”, mas un nuevo tema inédito que pinta muy bien, destacó por la ejecución (al fin) de “La Ley Innata” al completo, que lejos de aburrir provocó un viaje increíble a todos los asistentes que poblaban el recinto. Aparte, para los mas fans, la ejecución del “Cabezabajo” “Abreme el pecho y registra” o una nueva versión del “A Fuego” muy sorprendente que se une con la clásica fueron los puntos fuertes, mas los celebrados por la masa “Ama, ama, ama y ensancha el alma”, “Puta” “Sucede” o “Standby” se ganaron la ovación de todo el estadio. Ahora, que por fin van a Sudamérica, con el nivel actual de la banda los vecinos de América la van a gozar. Para terminar la noche, que presenciaba como poco a poco iba la zona de conciertos se despoblada, los siempre impresionantes Berri Txarrak tronaron en el escenario principal, Def con Dos proseguían la fiesta desde el último escenario con un gran directo en el que faltó espacio para poder disfrutarlo, con la zona de su concierto reventa de de público, Benito Kamelas cerraron los escenarios grandes con un bolo simplemente correcto (no se les puede pedir mas a esas horas del último día), mientras que mataron el festival en la carpa los siempre impresionantes Porco Bravo, que montaron mucha mas fiesta que los habituales grupos tributo que suelen poblar este tipo de eventos a esas horas (tomen nota) y, ahora si, los habituales Guerrilla con su tributo a Rise Against The Machine cerrando una nueva edición del festival EnVivo, mandando a la peña de vuelta a Hobbiton a su tienda, de vuelta a casa o a proseguir la juerga a la Rave mas cercana. ¡Hasta el año que viene!

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