29 de marzo de 2024 | Publica tus noticias | El Rock and Roll es la Única Fe Verdadera Arrodillaos Perros Infieles |
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Despedida de Barricada. 22 y 23 de noviembre de 2013 en el Pabellón Anaitasuna de PamplonaCrónica de Chubi Pirri. Fotos de Lucía de Andrés Los de la Txantrea anunciaban hace ya casi dos meses su retirada de los escenarios con dos conciertos de despedida el 22 y 23 de noviembre en el pabellón Anaitasuna de Pamplona, casualmente el mismo recinto en el que, tres años antes, habían dado su último concierto con El Drogas. Tras la marcha de este último, Boni, Alfredo e Ibi deciden seguir adelante fichando a Ander al bajo y regalarnos un disco y dos años más de conciertos y noches inolvidables. Y es que Barricada no agota las entradas así porque sí Es más, dada la demanda de entradas a estos dos días tuvieron que añadir una nueva fecha, el fin de semana anterior. Con más de mil conciertos y 25 discos (cuatro de oro y dos de platino), Barricada decían adiós a más de tres décadas de rock durante las cuales nos han acompañado formando parte de nuestras vidas. El viernes 22 por la tarde Pamplona comenzaba a parecerse a una de esas ciudades cuando son visitadas por vacas sagradas, consagradas y otros dinosaurios del rock, solo que esta vez no venían de fuera; esta vez eran ellos: Barricada. La banda Navarra que más éxitos ha cosechado ponía punto y final a su carrera. Se mascaba que se acercaba el final, en la pista y las gradas del Anaita el ambiente estuvo caliente desde que las puertas se abrieron. ¿Y qué decir de un concierto de Barricada? Casi dos horas en las que repasaron himnos como No hay tregua, Animal caliente, Blanco y Negro... hicieron que nadie quisiese que eso acabase nunca. Y llegó el sábado. Iruñea volvía a ser una fiesta por segundo día consecutivo. Como si fuese su última oportunidad, cientos de personas se agolpaban a la entrada del Anaita para cruzar esa puerta. Todos lo sabían. Un asunto serio. El adiós de una de las bandas, que por derecho propio, se consolidó como un máximo exponente del rock urbano a nivel estatal. El concierto, algo más extenso que el del día anterior, casi ochenta por cien de nostalgia en el repertorio, y una atmósfera cargada de esa euforia y satisfacción, mezclada con tristeza, esa que hace que si miras hacia atrás, sonrías... El público coreaba oeoeoe! entre aplausos. Nadie se movía. Nadie quería marcharse de allí, ni reconocer que lo que acababan de escuchar eran ya los bises. Solo cuando empezaron a desmontar las letras gigantes que decoraban el escenario con la palabra B A R R I C A D A, los silbidos llenaron el recinto y el pabellón comenzó a vaciarse lentamente. Treinta y un años sin tregua que finalmente ha llegado. No queda más que decir gracias. AGUR BARRICADA Fotos de Lucía de Andrés |
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